Las investigaciones han demostrado que las agresiones disminuyen e incluso desaparecen cuando los espectadores muestran abiertamente su repulsa por el acoso, denunciando y apoyando a la víctima.
Pero la realidad es que alrededor del acoso hay una especie de ley del silencio, que evita que ninguno de los testigos denuncie. Esta ley no escrita esconde miedo a las consecuencias, miedo a más golpes, miedo a convertirse en víctima o miedo a dejar de ser «amigo» del popular y, por tanto, sentirse excluido.
Tenemos que romper esa ley del silencio y apoyar a estos pequeños que, sin duda, tienen una gran influencia en la solución del problema. Es clave que tu hijo sea consciente del importantísimo rol que tiene para prevenir o frenar el acoso. Debemos hacerles ver que son los héroes del acoso, y mostrarles que tienen muchos poderes que los ayudarán a combatirlo y a salvar a los que sufren tanto daño.